La excepcionalidad que estamos viviendo como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 ha impactado también en el sistema educativo. Ha ocasionado un drástico cambio desde mediados del mes de marzo condicionando completamente el final de curso y se prevé que, en mayor o menor medida, pueda seguir haciéndolo durante el curso escolar 2020/21.
La experiencia acumulada durante el periodo en que la actividad lectiva presencial ha sido suspendida debe servirnos de aprendizaje para mejorar las decisiones y medidas que se deban adoptar y, especialmente, solucionar los problemas que se han detectado en este tiempo en la aplicación de la modalidad de educación a distancia.