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LA REFORMA DEL SISTEMA EDUCATIVO

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 Nadie a estas alturas, con los datos de fracaso y abandono escolar que tenemos, puede dudar de la necesidad de introducir cambios en el sistema educativo.

La propuesta estelar del Partido Popular es introducir un Bachillerato de tres años que comenzaría en lo que hoy es el 4º curso de la ESO. Poco más sabemos de esta medida que, al parecer, iría acompañada por un curso de iniciación a la FP para aquellos alumnos que no quisieran optar por el Bachillerato.
La falta de concreción de este gran cambio en la estructura del sistema educativo nos genera mucha incertidumbre y preocupación. Máxime cuando nadie nos da respuesta a nuestras inquietudes. ¿Es posible un nivel educativo que sea obligatorio y gratuito en el primero de sus cursos y voluntario y de pago en los dos siguientes? ¿Qué consecuencias tiene esta medida en la recién aprobada ordenación de la FP? ¿Cuando y de qué se titularán los alumnos? ¿Todos los centros educativos tendrán que ofertar el Bachillerato y el curso de iniciación a la FP? ¿Cuál es el coste de esta medida?
Sin lugar a dudas es bueno reforzar el bachillerato, incluso nos parece bien que tenga una duración de 3 años. Lo que ya no compartimos es que se haga a costa de un curso de la ESO.
El momento para adoptar una decisión de este tipo parece que debiera haber coincidido con la adaptación de nuestras Universidades a Bolonia. Y parece que lo idóneo hubiera sido haberlo hecho en el marco de un Pacto de Estado por la Educación, que cuanto más necesario se revela,  más se aleja.
La mayoría de países europeos que tienen bachillerato de 3 años, lo cursan de los 16 a los 19 años. Esto nos permitiría mantener la actual enseñanza obligatoria hasta los 16 años.
En las circunstancias económicas actuales es evidente que esta medida es inasumible y que se deberían espera tiempos mejores para abordarla. Sin embargo sí se pueden arreglar otras cuestiones que, a nuestro parecer, deben ser prioritarias en tiempos de escasez.
El bachillerato de 3 años y el curso de iniciación a la FP no arreglan por sí solos el problema del fracaso y abandono escolar.
Debe priorizarse la reforma de la Educación Infantil y Primaria fortaleciendo el aprendizaje de herramientas básicas como la lectura, comprensión, cálculo o la expresión oral y escrita. ¿Cuando se estará dispuesto a introducir la presencia de orientadores que permitan detectar cuanto antes los problemas de aprendizaje de los alumnos? Prevenir o intervenir en el momento que se empieza a originar el problema permitiría reducir notablemente el número de alumnos con dificultades.
Es imprescindible reorganizar el currículo de la ESO. Los alumnos tienen demasiadas asignaturas y están  perdidos en la escuela. ¿Es el momento de abordar proyectos tan ambiciosos como el bilingüismo cuando nuestros alumnos tienen serias dificultades para comprender y expresarse en castellano o en el idioma de su comunidad?
El profesorado ya está cansado y hastiado de tanto cambio sin saber exactamente por qué y para qué. Se le ha involucrado en un esfuerzo enorme para adaptarse a las nuevas tecnologías que parece quedarán en suspenso. Ahora se le exige una formación específica para aplicar el bilingüismo cuando saben que sus alumnos necesitan otras herramientas que eviten su abandono o su fracaso.
Nuestro país debe hacer un esfuerzo por mejorar el sistema y la formación de alumnos y profesores. A nuestro entender, hay cuestiones que deberían priorizarse y asegurar que el alumnado esté en condiciones de abordar un bachillerato de 3 años que mejorará el nivel de nuestras Universidades o una FP de mayor exigencia y preparación.
Cuando hayamos reducido el altísimo porcentaje de fracaso y abandono escolar, cuando nuestros alumnos estén en condiciones de estudiar un buen bachillerato o una buena FP de grado medio, cuando el país esté en condiciones de hacer esa inversión económica, adelante. Mientras tanto,  pongamos las bases para que eso sea una realidad en un futuro a medio plazo. Reformemos las actuales enseñanzas desde la educación infantil, reforcemos y reorganicemos los cursos y currículos de la ESO permitiendo, en el último de ellos, una mayor especialización del alumnado en base a unas enseñanzas troncales y una serie de materias optativas que les orienten bien al Bachillerato bien a la FP.
Es más fácil poner el techo cuando el suelo está bien cimentado y las paredes son sólidas.

   

                                                        José Ignacio Wert explica el contenido y alcance de la reforma de la secundaria que el MInisterio está preparando.