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ESCUELAS CATÓLICAS CLAUSURA SU IX CONGRESO

El ministro de Educación en funciones, Ángel Gabilondo, fue el encargado de clausurar el XI Congreso de Escuelas Católicas. Junto a él en la mesa se encontraban: Javier Restán, director general de Becas y Ayudas a la Educación de la Comunidad de Madrid; César Franco, obispo auxiliar de Madrid;  Inmaculada Tuset, presidenta de EC; Juan Antonio Ojeda, secretario general de EC; Javier Agudo, presidente de EC Madrid; y Carlos Ruiz, director del Congreso. 
 
En su intervención, Juan Antonio Ojeda, secretario general de EC, tras agradecer a todos los miembros de la mesa su presencia, procedió a la lectura de las conclusiones del Congreso, un Congreso que nos ha enseñado que “cambiar no es fácil, y menos aún encontrar el eje de ese cambio, su motor; y que también nos ha enseñado que el cambio suele ser pequeño, lento y progresivo, pero que se puede consolidar, crecer, e ir a más velocidad si lo hacemos de forma participada y colaborativa”.
 
Javier Restán, director general de Becas y Ayudas a la Educación de la Comunidad de Madrid, señaló que en su Comunidad se cree en la libertad de elección de centro, para lo que trabajan por la calidad de todos los colegios, tanto públicos como concertados; y por impulsar una red de centros cada vez más plural, para ello apuestan por más centros concertados de diferente carácter propio, y por nuevos centros públicos con distintas propuestas pedagógicas. Restán agradeció a los centros de EC que en estos tiempos difíciles y turbulentos hayan trabajado con discreción, generosidad y responsabilidad. Las familias -añadió- se manifiestan todos los años en el proceso de admisión, una especie de referéndum en el que las escuelas católicas son respaldadas de una manera abrumadora por las familias, y “esto es un depósito de confianza enorme sobre el que EC tiene una gran responsabilidad”. Para finalizar su intervención, Restán mostró la admiración y respeto de la Comunidad de Madrid a Escuelas Católicas y sus centros. 
 
César Franco, obispo auxiliar de Madrid, inició su intervención señalando que la Iglesia ha cumplido con su tarea de educar adaptándose a los tiempos y a las circunstancias con creatividad, sabiduría y fidelidad al Evangelio. Los fallos que haya podido tener no eclipsan esta tarea, por lo que, continuó: “quisiera alentaros en esta tarea en un mundo que necesita testigos y maestros. Educar no es fácil. Es urgente ayudar a las jóvenes generaciones a descubrir el lenguaje de Dios. Os animo a realizar vuestra tarea con la certeza de que es una misión del espíritu acompañar a los jóvenes y ganarse su confianza con el testimonio de vuestra vida”.
 
Por su parte, Inmaculada Tuset hizo un breve recorrido por las principales ideas que los ponentes de este Congreso han dejado a los cerca de 1.500 participantes, casi todos “inmigrantes digitales del siglo XX que nos encontramos inmersos en un proceso acelerado de aprendizaje para el siglo XXI (…) ideas que nos han abierto mente, ojos, manos y corazón, y nos han situado en un camino ilusionante de cambio e innovación”.
 
El acto de clausura finalizó con la intervención de Ángel Gabilondo, ministro de Educación en funciones, quien agradeció la iniciativa de EC al celebrar un congreso como éste, porque “genera el debate para la mejora de la educación y demuestra compromiso y responsabilidad”. Tras hablar de la enorme experiencia de EC y de la necesidad de reivindicar los valores, centró sus palabras en su inquietud y preocupación por las desigualdades educativas que requieren esfuerzos de todos. La sociedad conoce, valora y aprecia la aportación de los centros concertados a la sociedad, continuó Gabilondo: “sin ella no sería posible el logro de este país, que escolariza a más de nueve millones de personas. La sociedad valora, respeta y estima la pluralidad que aportan sus centros que ensanchan los valores de libertad”.
 
Para finalizar su intervención el Ministro de Educación en funciones apuntó que la educación es la mejor política social y económica y que debilitar la financiación de la escuela traerá consecuencias graves. Con el agradecimiento a todos los docentes y titulares por su labor, “tanto más valiosa cuando se hace desde las convicciones para ayudar a que nuestra sociedad sea mejor cada da”; dio por clausurado el XI Congreso de Escuelas Católicas. 
 
 

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