SANDRA MONEO Y EL PACTO EDUCATIVO, PROTAGONISTAS DEL ÚLTIMO DIÁLOGO DE EDUCACIÓN DE COFAPA

Moneo aseguró que las actuaciones de su grupo en los trabajos sobre el pacto vienen determinadas por el convencimiento por parte del PP de que la educación no debe estar vinculada a los vaivenes políticos, apuntando que el futuro de la sociedad depende en gran parte de la firma de este acuerdo, que dará estabilidad al sistema. El pacto para Moneo no debe ser el marco de revisión de consensos ya alcanzados, sino el de análisis de los desafíos a los que nos enfrentamos en el futuro, definiendo la formación que se quiere para las generaciones venideras, que les permita adquirir, en igualdad de oportunidades, las competencias necesarias para competir con el resto de alumnos de otros sistemas educativos de nuestro entorno que ya han empezado a mejorar. En este aspecto, España no puede quedarse atrás, porque tenemos un gran capital humano, al que es necesario dotar de herramientas que les permita desarrollar su gran potencial.

Además, para Moneo, este pacto es, sin duda, un signo de madurez democrática, porque en un país como España, que ha sido capaz de sobreponerse a situaciones complicadas, y de construir desde hace 40 años una senda que nos ha llevado al gran país que somos hoy, no se pueden olvidar los grandes acuerdos tomados como fue la Constitución, y dentro de la misma, su artículo 27, al que se debe considerar como el mejor de los andamiajes para construir un nuevo pacto. El artículo 27 es para el PP el reflejo de la convivencia de dos importantes derechos: el derecho a la educación y la libertad de enseñanza. Por eso, asume el compromiso de defenderlo, respaldados, dice, por el convencimiento de que en un mundo cambiante como el nuestro, en el que en muchos lugares se cuestionan las libertades, hay que defender la libertad, trasladando esta libertad a nuestros alumnos en su proceso de aprendizaje, ya que cada uno de nuestros estudiantes es diferente, y por ello especial, y necesita de la personalización del sistema.

Y en esta defensa de la libertad, Moneo habla del papel esencial de los padres, a los que llama a reivindicar la libertad, a recibir una educación de calidad, a que se respete la elección del centro que deseen, a que sus hijos reciban la formación religiosa más acorde con sus convicciones, a participar en la formación de los menores, unido a la obligación de estimularles a que estudien, a que se formen adecuadamente, a que se tomen las medidas necesarias que les ayuden en caso de tener dificultades, encauzarles para que finalicen la formación obligatoria y que asistan regularmente a clase y a que respeten a los profesores, la piedra angular del sistema y de cuya calidad depende la calidad del sistema.

Y en esta tarea tan compleja, en la que tienen tanto que decir y aportar padres, profesores y alumnos, para Moneo se plantean dos retos: incrementar la formación de los alumnos, ya que solo los mejores formados tendrán un mejor acceso al mercado laboral;  y trabajar en la progresiva digitalización de la formación, que debe ser compatible con la formación humanística del alumno.

Con respecto a la consecución del Pacto Educativo en el tiempo estimado, el PP, reitera Moneo, va a mantenerse hasta el final, fiel a su pensamiento de que es el momento de hablar de educación en mayúsculas, y eso implica hablar del mencionado artículo 27 de la Carta Magna, de transparencia en el sistema, de estabilidad del mismo, y de partir de puntos comunes entre los grupos parlamentarios como pueda ser el profesorado.

Para Moneo la reforma de la profesión docente es fundamental, puesto que el maestro es un pilar esencial del sistema. Hay que mejorar el acceso, hay que dar formación, hay que dar incentivos… pero todo ello para todos los profesores. El PP, en este sentido, no cree que haya redes distintas, sino que cree fundamentalmente en la libertad de las familias, y en que sea cual sea la naturaleza del centro que se elija –público, concertado o privado- lo que debe primar es la calidad.

Por eso, a la pregunta de si ve que el pacto se puede alejar con la llegada de nuevos interlocutores, Moneo aclara que alcanzar el pacto exige un ejercicio de responsabilidad y generosidad, la rotura de barreras y estereotipos, acabar con los prejuicios y trabajar para lograr el acuerdo. Moneo se mostraba confiada en que los trabajos continuarán con la buena sintonía existente, puesto que de las buenas relaciones es posible el nacimiento de los acuerdos. Si bien quiso aclarar que el objetivo del Grupo Popular es el pacto, sin plan B alternativo en caso de que algo lo truncara, puesto que considera que solo es posible un pacto de Estado si las fuerzas políticas mayoritarias, en este caso PP y PSOE, se ponen de acuerdo, y junto a ellos estaría Ciudadanos, que desde los inicios de los trabajos se ha mostrado con voluntad. Si bien lo deseable sería que se sumaran más grupos a este fin, sin la voluntad de estas fuerzas cualquier pacto fracasaría. No se puede olvidar en este punto, que la gestión de la educación está en manos de las administraciones autonómicas, que en gran parte dependen de los socialistas, por lo que no tendría sentido no tener en cuenta esto.

Y en relación a otros temas fundamentales a abordar de cara al pacto, Moneo no quiso dejar a un lado la transparencia, mostrándose a favor de las evaluaciones como forma de análisis para poder corregir deficiencias, potenciando fortalezas del sistema y subsanando carencias; y tampoco se olvidó de la autonomía de los centros, con sistemas que les permitan rendir cuentas, pero que les doten de un marco que, conforme a la legislación vigente, permita a cada centro diseñar su proyecto, poniendo el acento en la existencia de proyectos muy interesantes ahora mismo, que suponen el éxito no solo para la entidad, sino para sus alumnos. 

Sobre el tema de la religión, la portavoz del PP aludió a los acuerdos existentes entre la Iglesia y el Estado, aunque quiso hacer hincapié en que esta cuestión está íntimamente relacionada con el artículo 27.3 de la Constitución, donde se reconoce el derecho de los padres a procurar a sus hijos la formación religiosa y moral más acorde a sus convicciones. Por eso defiende que la religión debe ser de oferta obligatoria, siendo su elección voluntaria, como hasta ahora. En cuanto a la educación diferenciada, a propósito de la reciente sentencia del Tribunal Supremo que asegura que no ataca los principios de igualdad amparados constitucionalmente, Moneo se limita a decir que este tipo de enseñanza está vinculada al derecho de los padres a poder elegir la educación que deseen para sus hijos, pidiendo en este punto a las administraciones públicas que apliquen la ley en todos los casos y se respeten los derechos y libertades amparados por el artículo 27 de la Carta Magna.

Por último, en relación a los conciertos y la financiación, Moneo cree que el problema en España no es tanto un problema de financiación como de eficiencia en el gasto, por lo que considera interesante trabajar para que haya un plan común, un fondo de cohesión territorial, que unifique criterios de cuestiones en las que es importante invertir, cómo deben ser las plantillas, cuáles las ayudas…