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LAS ESCUELAS CATÓLICAS SON UN REFLEJO DE LA SOCIEDAD ACTUAL, LEJOS DE LOS TÓPICOS QUE SE DICEN DE ELLA

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La escuela católica, concertada o no, es un claro reflejo de la sociedad actual, alejada de los tópicos sobre ella y de la visión interesada que el discurso político quiere dar, sobre todo en momentos de debate como el actual.

Así lo reflejan los datos de una encuesta dirigida por el Instituto Universitario de las Familias de la Universidad Pontificia de Comillas en junio del pasado año sobre una muestra de 400 entrevistas entre el universo de la población general y otra de 1.000 elegidas entre el conjunto de padres y madres con al menos un hijo de 18 o menos años, realizadas por Systeme Innovación y Consultoría.

Los datos que arroja el estudio son muy significativos en algunos aspectos y no hacen sino corroborar que la escuela católica, dentro del sistema educativo de nuestro país, se diferencia en poco con respecto a otros tipos y rompe con los clichés que la tratan de dibujar. 

Para empezar, el perfil de los padres que eligen colegios católicos para llevar a sus hijos tienen más descendencia y más edad, encontrándose en el rango de entre los 30 y 39 años, siendo menor la presencia de las familias con progenitores más jóvenes en estos centros.

Destaca que son centros con una gran diversidad familiar, donde un 5,5% de sus demandantes son miembros de hogares monoparentales, frente al 8,5% que opta por otro tipo de entidad educativa. El 18,3% forma parejas de hecho, frente al 26,4% de parejas de esta condición en colegios no católicos.

A la diversidad familiar se une la sociolaboral, resaltando que en estos centros existe mayor presencia de familias donde no hay ingresos por trabajo, con un 7,1%, lo que deja ver un patente apoyo a proyectos de inclusión y respaldo a los colectivos que por esta situación están en riesgo de exclusión social.

En relación al nivel cultural, no se aprecian grandes diferencias entre padres que apuestan por centros católicos y padres que no lo hacen, encontrándose el grueso de ellos entre los que poseen estudios de secundaria completos, con un 59,1% y 57,9%, respectivamente.

En lo que tiene que ver con población inmigrante, incluyendo en esta categoría familias con ambos o un progenitor nacidos en África, Asia, Latinoamérica o Europa del Este, se puede afirmar que no existe prácticamente diferencia en porcentaje con respecto a padres que se decantan por otros centros, siendo del 6,7% frente al 7,1% en el caso de ambos progenitores, y del 9,4% frente al 8,6% en el caso de parejas mixtas. Se puede concluir así que es falsa la afirmación de que en los centros católicos se elige al alumnado y se discrimina por esta razón, dado que las cifras demuestran que están a la par con otro tipo de centros.

Llama curiosamente la atención que los padres que eligen mayoritariamente centros católicos se define como de izquierdas en lo que se refiere a tendencia ideológica, con un 41,10% frente al 39,80% de padres que siendo de esta corriente elige centros no católicos. Esto confirma que la elección de centro no está marcada por la ideología, y que tiene que ver más con otros criterios que bien pudieran ser relacionados con el proyecto educativo o cuestiones geográficas en otros casos. De una u otra manera, los datos reflejan que la escuela católica es una foto de la pluralidad ideológica española.

Preguntados por su respaldo a que haya servicios de interés general como la educación gestionados por ONG's u otras entidades no lucrativas, el 94,3% de los padres en general, con independencia del centro que eligan para sus hijos, se posiciona a favor, mientras que si se concreta sobre la concertación, el 99,7% de estos padres apoya la libre elección de centro y el 90,2% está a favor de que sea el Estado quien financie dicha elección.

En opinión de los padres en general, la zonificación no debería ser el criterio que determine la elección de centro, y el 90,3% de los preguntados considera que debería tener derecho a elegir el colegio que desee con independencia de la distancia.

En lo relativo a la educación religiosa y en valores, el 84,1% de los encuestados, sin precisar su elección de centro, se muestra favorable a que las organizaciones religiosas puedan expresar su opinión en la vida pública, y en términos de población general, ya no sólo de los padres, el 67,6% de la misma considera que la asignatura de Religión se debe ofrecer tanto en la escuela pública como en la concertada o privada.

A tenor de los posibles problemas educativos que pueden surgir en la escuela, el 81,1% de los padres en general cree que merece la pena invertir en la formación de sus hijos, mientras que en su lista de demandas educativas las cinco que copan los listados de preferencias sobre lo que esperan de los centros son: un buen clima social, formar mejor en valores, mayor atención personalizada, ayudar al alumno a formular su proyecto de vida, y aprender a emprender e innovar.

A la pregunta sobre las razones que lleva a los padres que eligieron un centro católico a cambiar a su hijo de centro, destaca que un 62% abandonó el centro porque no ofrecía secundaria o bachillerato.